La 17ª edición del Salón Internacional de la Agricultura en Marruecos (SIAM) ha tenido a Francia como país invitado de honor, consolidando los vínculos históricos, pero también orientados hacia el futuro, entre Rabat y París en el ámbito agrícola. Con esta ocasión, L’Observateur Éco entrevistó a Bertrand Webrecht, consejero adjunto de asuntos agrícolas en la embajada de Francia en Marruecos.
«Es el resultado de un año agrícola cruzado, decidido por los ministros de Agricultura de Francia y Marruecos»,explica Bertrand Webrecht. Tras haber recibido a Marruecos en el Salón de la Agricultura de París, Francia es ahora el país invitado de honor en Mequinez, antes de que Marruecos sea celebrado el próximo octubre en la Cumbre de la Ganadería en Cournon-d’Auvergne. Una dinámica que intensifica los intercambios y fortalece las asociaciones entre ambos países.
La delegación francesa presente en el SIAM 2025 da testimonio de esta movilización: más de cincuenta empresas y alrededor de 300 representantes —procedentes de instituciones públicas, organismos de investigación, formación y del sector privado— están presentes para promover la innovación, la inversión y la cooperación.
Una cooperación que evoluciona con los desafíos climáticos
Arraigada en la historia, la cooperación agrícola franco-marroquí está evolucionando frente a nuevos desafíos, siendo el principal el cambio climático. «Compartimos problemáticas comunes», subraya Bertrand Webrecht. La sequía que afecta a ciertas regiones francesas, como Perpiñán, se suma ahora a las preocupaciones tradicionales de Marruecos.
Tres ejes principales estructuran hoy esta colaboración: la cooperación institucional entre ministerios y organismos de formación e investigación; el apoyo a proyectos agrícolas marroquíes a través de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), especialmente en las regiones del Oriental, Fez-Mequinez y Souss-Massa; y las alianzas entre sectores privados, a través de un diálogo de interprofesión a interprofesión.
El agua, un desafío estratégico del futuro
Frente a la aceleración del estrés hídrico, la gestión del agua se impone más que nunca como un eje prioritario de cooperación entre Marruecos y Francia. Socio histórico del Reino en la política de grandes presas, París pretende ahora reforzar su apoyo, especialmente en materia de desalación y gestión sostenible del recurso. “Hoy en día, Marruecos está más avanzado que Francia en el dominio de las técnicas de desalación”, reconoce Bertrand Webrecht. Según él, “el programa marroquí avanza a gran velocidad. Las empresas francesas que participan en él contribuyen a un verdadero intercambio de experiencia, enriqueciendo el saber hacer de ambas partes.”
Marruecos no se limita a instalar infraestructuras; está desarrollando un enfoque integrado que asocia desalación y estrategia agrícola, con casos emblemáticos como la planta de Chtouka. “Lo que han logrado aquí es admirable”, subraya Webrecht con admiración.
En este contexto, las empresas francesas están cada vez más implicadas en los proyectos marroquíes, aportando su tecnología para ampliar y perfeccionar la capacidad de desalación. Pero más allá de las grandes plantas, también es tiempo de innovación: estaciones móviles, uso de energías renovables, reciclaje de aguas residuales… Son muchas las líneas de trabajo que Marruecos y Francia exploran conjuntamente. “Trabajamos juntos para compartir nuestros enfoques en la interfaz entre usuarios y administración, en la manera de decidir colectivamente sobre el uso del agua, y en la reactividad necesaria para adaptarse a los cambios climáticos”, explica Webrecht.
Estos intercambios se concretan actualmente en nuevos proyectos de cooperación técnica e institucional. “Estamos trabajando en un programa de intercambio de experiencias entre profesionales franceses y marroquíes”, añade.
La ganadería también se encuentra en el centro de las prioridades para 2025. “Con las sequías repetidas y el aumento del precio de los cereales, es fundamental ayudar a Marruecos a reconstruir su ganado y adaptar sus sistemas de cría”, insiste Webrecht.
Francia-Marruecos: Puentes hacia África
El SIAM también confirma el papel de Marruecos como eje regional. Numerosos países africanos están representados, y Francia, consciente de esta dinámica, considera a Rabat como un aliado estratégico para su política agrícola en África. “No venimos solos: estamos construyendo puentes con Marruecos hacia África”, señala Webrecht. Este enfoque se traduce en asociaciones bilaterales, pero también en la participación en redes africanas, como la dedicada a la formación agrícola y rural, que reúne a 19 países bajo una coordinación basada en Montpellier. “Marruecos desempeña un papel clave, con un vicepresidente marroquí muy activo”, precisa.
Sobre el terreno, la coordinación franco-marroquí también se refuerza a través de proyectos concretos. “Queremos ir más allá de lo bilateral: lanzar iniciativas conjuntas en África”, explica Webrecht.
Convenios y un futuro prometedor
El SIAM 2025 estuvo marcado por la firma de dos convenios emblemáticos. El primero vincula al INRA con el CIRAD francés en el campo de la investigación agronómica. El segundo une a la interprofesión marroquí del olivo con una asociación francesa especializada en la promoción del cultivo del olivo. “El cultivo del olivo se está convirtiendo en una respuesta al cambio climático, incluso en Francia. Los viveristas marroquíes pueden acompañar esta evolución”, observa Webrecht.
Y esto no es más que el comienzo: se espera un nuevo acuerdo entre el INRA Marruecos y el INRAE Francia antes de finales de este año, en presencia de los ministros de Agricultura. Paralelamente, se están perfilando otras iniciativas para poner en práctica la hoja de ruta firmada en 2024, que incluye la gestión sostenible del agua, los intercambios institucionales y el apoyo a la inversión agrícola.
Confiado, Webrecht celebra la calidad de esta relación: “Las relaciones agrícolas franco-marroquíes son sólidas y dinámicas. Incluso en los períodos de tensión, la cooperación nunca se ha interrumpido. Compartimos visiones, métodos y una gran cercanía profesional.”
Fuente del artículo:lobservateur