Shoprite Holdings Ltd.
vendió el año pasado más cerveza Guinness en sus 11 supermercados en Angola y Nigeria que en su propio país, Sudáfrica, donde tiene 10 veces más locales.
No obstante, el principal minorista de África también está compitiendo con la insurgencia islámica en Nigeria, donde los militantes de Boko Haram han realizado ataques cerca de sus supermercados, y los efectos de las depreciaciones de las monedas tanto allí como en Angola.
Los desafíos son cada vez más comunes para las empresas más grandes de África, que apuntan a clientes asediados por la inseguridad y la inestabilidad económica.
“Estos son países con un crecimiento relativamente alto y estas experiencias pueden ser ganancias a largo plazo”, dijo Corneleo Keevy, de la firma Ashburton Investments, una filial de FirstRand, un grupo bancario de Johannesburgo.
Los problemas Un crecimiento anémico en la economía más avanzada del continente, Sudáfrica, e inestabilidad en la más grande, Nigeria, han golpeado a las mayores firmas africanas, lo que complica sus esfuerzos por afianzarse en la frontera más nueva de la economía global antes que competidores extranjeros.
Su mercado natal, Sudáfrica, sufre de desempleo y apagones.
La economía que dio paso al surgimiento de grandes bancos y firmas de telecomunicaciones como Standard Bank Ltd.
y MTN Group crece ahora menos de 2% anualmente.
Estas empresas habían cifrado sus esperanzas en el gigante en ascenso de África, Nigeria.
Pero el país de más de 170 millones de habitantes está lidiando con una moneda que se desploma y con Boko Haram.
Estos son obstáculos serios a su crecimiento en el futuro inmediato que el gobierno recién elegido de Muhammadu Buhari tendrá que abordar.
Los problemas en las dos principales economías de África han llevado a los ejecutivos a hacer malabares entre recortes de costos y campañas de marketing osadas, mientras planean formas de impulsar sus negocios en países más pequeños pero prometedores como Angola y Kenia.
“Estos son mercados arriesgados, pero sería más arriesgado no estar allí”, dijo Konrad Reuss, director gerente para África Subsahariana de S&P Ratings Services.
Los analistas dicen que las empresas que apuntan a las clases medias de África no pueden ignorar Nigeria.
“Ha habido muchas cosas negativas, pero tenemos la esperanza de que sean de corto plazo”, señaló en marzo al diario sudafricano Sunday Times el presidente ejecutivo de Shoprite, Whitey Basson.
Pasarán décadas antes de que la mayoría de los africanos acumule el poder adquisitivo de los sudafricanos, así que los dos países siguen siendo claves en la estrategia empresarial para el continente.
Sin embargo, las actuales debilidades de estos dos gigantes africanos muestran que abrir operaciones en el resto del continente es crucial para proteger las apuestas.
África, como un todo, crece a un ritmo de 5%, no muy lejos de otras economías emergentes con 1.000 millones de habitantes: China e India.
Nigeria superó a Sudáfrica el año pasado para convertirse en la mayor economía del continente, pero su dependencia del petróleo ha deprimido su divisa en momentos en que los precios globales del crudo caen.
Los ataques de Boko Haram dejan a regiones del país en calidad de zonas prohibidas.
La experiencia en Nigeria de la empresa sudafricana MTN Group ilustra tanto los riesgos como las recompensas de estas incursiones continentales.
Los ingresos de la compañía de telecomunicaciones se contrajeron 3,9% el año pasado.
Por ahora, los analistas dicen que MTN y otras compañías sudafricanas podrían tener problemas para extraer ganancias de Nigeria mientras el naira siga en mínimos históricos y el banco central restrinja el acceso a los dólares estadounidenses.
Para MTN, capear la tormenta significa expandirse en África y Medio Oriente, incluyendo algunos países sancionados por EE.UU., como Siria, Irán y Sudán.
Sim Tshabalala, copresidente ejecutivo de Standard Bank Group, el mayor prestamista del continente por activos, ve oportunidades en el resto de la región.
El banco reportó hace poco que alrededor de 30% de sus ingresos en 2014 vinieron de África Subsahariana excluyendo Sudáfrica, un alza de 41% frente al año previo.
“A medida que el continente se vuelve más acaudalado e ingresa a la clase media, necesita servicios bancarios”, dijo Tshabalala en una entrevista.
Empresas sudafricanas de menor envergadura también se están embarcando en proyectos panafricanos para proteger sus finanzas.
La empacadora Nampak Ltd.
compró recientemente una planta de enlatados de US$ 300 millones en Nigeria y está finalizando la construcción de una segunda planta de US$ 180 millones en Angola.
Fuente: Economía y Negocios .
Los desafíos de hacer negocios en África


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