La producción de hidrógeno verde en Marruecos se ha establecido como una prioridad nacional, especialmente después de las instrucciones reales para desarrollar una «oferta Marruecos» operativa e incentivadora. El Centro Marroquí de Coyuntura (CMC) ha destacado las oportunidades que ofrece este sector estratégico para el Reino.

Con más del 41% de la participación de las energías renovables actualmente instaladas en la potencia total establecida, Marruecos aspira a superar el objetivo ya establecido del 52% en la mezcla energética nacional para 2030. Esta ambición está motivada por la política de descarbonización y neutralidad de carbono impuesta a las empresas en el marco del «Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera» (MACF), que ya ha sido establecido por la Unión Europea para ciertos productos fabricados fuera de Europa. Este posicionamiento estratégico en las energías renovables, que ya ha comenzado a dar sus frutos en Marruecos, interesa especialmente al Centro Marroquí de Coyuntura (CMC). Según el boletín mensual de este observatorio privado e independiente de la economía marroquí, especializado en el análisis y seguimiento de la coyuntura, se ha puesto un énfasis fundamentalmente en la producción de hidrógeno verde y sus derivados, que se ha convertido en una prioridad nacional. Recordemos que el Rey Mohammed VI presidió, el 22 de noviembre de 2022, una reunión de trabajo dedicada al desarrollo de las energías renovables y a las nuevas perspectivas en este campo, ordenando la «elaboración de una oferta Marruecos operativa e incentivadora que cubra toda la cadena de valor de la industria del hidrógeno verde en el Reino».

UNA INDUSTRIA BASADA EN LAS MOLÉCULAS VERDES

Según el CMC, «Marruecos, cuya economía se ve gravemente afectada por los costos de importación de los combustibles fósiles, ha desplegado importantes esfuerzos para asegurar una transición energética impulsada por energías renovables». A partir de esta constatación, Marruecos tiene la ambición de construir una industria basada en las moléculas verdes (Power-to-X o PtX), especialmente en hidrógeno y subsidiariamente en amoníaco y metanol. Actualmente, las tecnologías de conversión Power-to-X abarcan numerosas aplicaciones, entre las que se incluye la producción de hidrógeno a partir de energía eléctrica. Según la misma fuente, sumarse a esta dinámica permite diversificar el conjunto energético, pero también constituye un vector sustancial para la reindustrialización y la descarbonización de los territorios. Estos últimos ya han comenzado a posicionarse en este ámbito, especialmente las provincias del sur, en particular Guelmim-Oued Noun, que ha anunciado la creación de «Gon H2 Valley», una plataforma tecnológica e industrial orientada al desarrollo de la cadena de valor en torno al hidrógeno verde y sus derivados, además de Dakhla-Oued Eddahab con su potencial aprovechable en energías renovables.

HIDRÓGENO VERDE: EVOLUCIÓN DE LA INVERSIÓN

Es evidente hoy en día que se espera una demanda en evolución de hidrógeno verde en la segunda mitad de esta década. Los escenarios evaluados por el IPCC, la IRENA y la Comisión de Transiciones Energéticas muestran que, junto con la electrificación generalizada de la demanda energética global, la producción y utilización de hidrógeno verde y sus derivados son herramientas esenciales para descarbonizar diversos sectores intensivos en energía. Según el Informe de la Agenda de Innovación (2022) dirigido por la AIE, las inversiones en producción de hidrógeno renovable y bajo en carbono deben aumentar significativamente para incrementar el suministro de menos de 1 Mt en 2020 a 140-155 Mt para 2030, alineándose con las trayectorias de emisiones en busca de los objetivos de temperatura del Acuerdo de París.

Fuente: les eco