En un contexto global marcado por el aumento de rivalidades entre las grandes potencias, África emerge como una región clave para el futuro de la economía mundial. Con su dinamismo demográfico, recursos estratégicos y oportunidades de crecimiento, el continente africano se ha convertido en un destino esencial para las inversiones. Sin embargo, el compromiso de EE.UU. con África sigue siendo insuficiente. Marruecos, debido a su posición geográfica y su rol como líder regional, puede desempeñar un papel decisivo en facilitar y fortalecer la inversión estadounidense en África.
África: Un Continente Lleno de Oportunidades
Un potencial económico colosal
Para 2050, África albergará a 2.5 mil millones de personas, lo que la convertirá en el continente de más rápido crecimiento en términos de población. Esta explosión demográfica viene acompañada por el ascenso de una clase media, que se espera que alcance los 1.7 mil millones de consumidores para 2030.
Económicamente, el Producto Interno Bruto (PIB) acumulado de las economías africanas podría superar los 6 billones de dólares para finales de esta década, lo que ofrece vastas oportunidades en sectores como la agricultura, la infraestructura, las tecnologías digitales y la energía renovable.
Recursos estratégicos
África posee el 30% de las reservas mundiales de minerales, incluidos materiales clave como el cobalto, el litio y el cobre. Estos recursos son vitales para las industrias de EE.UU., particularmente para la producción de vehículos eléctricos y baterías.
Con sus vastas tierras agrícolas, África también tiene el potencial de convertirse en un centro agrícola global, satisfaciendo las crecientes demandas alimentarias del mundo.
Competencia creciente
Si bien China ha consolidado su posición como el mayor socio comercial de África, EE.UU. está muy por detrás. En 2022, el comercio sino-africano alcanzó los 282 mil millones de dólares, frente a solo 44.9 mil millones de dólares en el comercio EE.UU.-África.
Rusia también está aumentando su presencia en África, particularmente a través de alianzas estratégicas en seguridad y comercio. Esta competencia obliga a EE.UU. a replantear su estrategia hacia el continente.
Inversiones de EE.UU. en África: Necesidad de Intensificación
Iniciativas existentes, pero insuficientes
EE.UU. ha lanzado varios programas para fomentar la inversión en África, como la Ley de Crecimiento y Oportunidades en África (AGOA), que proporciona acceso preferencial al mercado estadounidense para las exportaciones africanas.
El programa Prosper Africa, lanzado en 2019, tiene como objetivo duplicar el comercio e inversión bilaterales. Sin embargo, su impacto sigue siendo limitado en comparación con las masivas inversiones de China en infraestructuras clave como puertos, ferrocarriles y carreteras.
Desafíos estructurales
Las empresas estadounidenses enfrentan obstáculos en África, como la infraestructura insuficiente, la inestabilidad política en algunas regiones y los marcos regulatorios complejos. Estos factores dificultan el compromiso económico directo.
La percepción de un alto riesgo también disuade a los inversores privados estadounidenses, a pesar de la creciente resiliencia económica del continente.
Marruecos: Un Socio Estratégicamente Posicionado
Un puente natural entre África y Occidente
Situado en la encrucijada de Europa, África y el Atlántico, Marruecos se beneficia de una ubicación geográfica excepcional como centro comercial y logístico. El puerto de Tánger-Med, el más grande de África, es un ejemplo notable de esta conectividad global.
Un actor clave en África
Marruecos ha realizado importantes inversiones en África subsahariana en sectores como la banca, las telecomunicaciones, la infraestructura y los fertilizantes. Estas inversiones estratégicas han fortalecido las relaciones bilaterales con varios países africanos, posicionando a Marruecos como líder en la cooperación Sur-Sur.
Además, Marruecos ha firmado numerosos acuerdos de libre comercio, especialmente con la Unión Europea y los Estados Unidos, facilitando el acceso a los mercados globales.
Un modelo de estabilidad y desarrollo sostenible
En una región a menudo marcada por tensiones políticas, Marruecos destaca por su estabilidad institucional y económica. También es un pionero en la transición energética, con proyectos emblemáticos como el complejo solar Noor.
El papel de Marruecos en la estrategia EE.UU.-África
- Una plataforma logística para las empresas estadounidenses
Las zonas francas marroquíes, como las de Tánger y Casablanca, ofrecen un entorno fiscal y logístico ideal para las empresas estadounidenses que desean establecerse en África.
Al utilizar Marruecos como base regional, las empresas estadounidenses pueden reducir riesgos y aprovechar la experiencia marroquí en la gestión de asociaciones africanas.
- Facilitar las relaciones comerciales
Marruecos, con sus sólidos lazos diplomáticos y su integración africana, puede actuar como intermediario para ayudar a las empresas estadounidenses a superar las barreras culturales y regulatorias.
- Colaboración en proyectos tripartitos
Marruecos y EE.UU. podrían lanzar proyectos conjuntos en África en sectores estratégicos como la agricultura inteligente, la infraestructura digital y la energía verde. Estas iniciativas fortalecerían las relaciones bilaterales y su influencia en África.
- Un aliado geopolítico de confianza
Como socio histórico de EE.UU., Marruecos comparte valores comunes como la transparencia, el desarrollo sostenible y la estabilidad regional. Por lo tanto, es un aliado estratégico para contrarrestar la creciente influencia de China y Rusia en África.
Recomendaciones para una colaboración fortalecida
- Crear un fondo de inversión EE.UU.-Marruecos-África para financiar proyectos de infraestructura y energía sostenible en el continente.
- Ampliar los acuerdos bilaterales entre EE.UU. y Marruecos, especialmente para promover la innovación tecnológica y la transferencia de conocimientos.
- Fomentar asociaciones público-privadas: Facilitar la colaboración entre empresas estadounidenses, marroquíes y africanas para maximizar sinergias.
- Desarrollar iniciativas educativas y tecnológicas para formar una fuerza laboral cualificada que satisfaga las necesidades de las empresas estadounidenses en África.
- Aprovechar el liderazgo de Marruecos en la transición energética para apoyar proyectos africanos alineados con los objetivos climáticos globales.
Conclusión
Para Estados Unidos, una colaboración comercial ambiciosa con África representa una oportunidad estratégica y económica significativa. Al asociarse con un aliado de confianza como Marruecos, EE.UU. puede fortalecer su presencia en el continente africano mientras promueve un desarrollo sostenible e inclusivo. Esta asociación tripartita es una respuesta eficaz a los desafíos globales y una oportunidad para construir un futuro próspero para todas las partes involucradas.
Fuente del artículo:Aïssa Christophe Agostini