Madrid y Rabat mantienen una estrecha relación de cooperación en todos los ámbitos, y muy especialmente en materia de lucha contra el terrorismo.
La amenaza islamista ha generado 6 grandes operaciones antiterroristas entre los dos países a lo largo del último año.
Una colaboración especialmente importante y creciente sobretodo ante la crisis de relaciones diplomáticas entre Francia y Marruecos.
La prolongación del conflicto bélico en Libia tras la caida de Muammar El Gadafi, se ha traducido en la progresiva implantación de facciones islamistas, encuadradas bajo la autoridad de Al Qaeda, o directa y voluntariamente sometidas al califato del Estado Islámico (EI) o Daesh(acrónimo de Al Dawla al Islamiya fil Irak wal Sham).
Esa situación se convierte en “una amenaza para la seguridad nacional [española]”, en palabras del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. Como ya está ocurriendo con otros países europeos, España se prepara para enfrentarse a las posibles acciones terroristas que el Daesh haya encargado que cometan los islamistas españoles y marroquíes que acudieron a combatir a Siria e Irak a las órdenes delcalifa Abubakr Al-Bagdadi. No es un secreto que el posible retorno de esos islamistas fanatizados podría producirse preferentemente a través de Melilla y Ceuta.
La gravedad de la amenaza ha reforzado la cooperación antiterrorista hispano-marroquí, que se ha saldado en el último año con seis grandes operaciones, más de un centenar de detenidos y un número indeterminado de atentados y víctimas que afortunadamente no han llegado a producirse.
De estos operativos está ausente Francia, el país de la Unión Europea con mayor número de ciudadanos musulmanes, y el que más combatientes islamistas extranjeros (1.200) aporta al Daesh.
Por consiguiente, el más amenazado también por la vuelta de sus fanatizados ciudadanos.
Marruecos enfrió notablemente sus relaciones con Francia a partir de febrero del pasado año.
Aprovechando la estancia en París del jefe de la Dirección General de la Vigilancia del Territorio (DGST, Servicio Secreto exterior de Marruecos), Abdelatif Hammuchi, un juez francés quiso obligarle a comparecer ante él para responder de las acusaciones de “torturas”, formuladas por dos ciudadanos franco-marroquíes y un militante saharaui pro-derechos humanos. Paralelamente, la inclusión de Marruecos en una lista francesa de países sospechosos de estar infiltrados por yihadistas del EI se tradujo en un descenso del 15% del turismo galo, lo que enrareció todavía más las relaciones además de asestar un golpe económico al país magrebí.
Todo ello ha hecho que España se haya convertido en el socio de referencia de Marruecos.
Una coyuntura política y diplomática que debería ir acompañada de una apuesta decidida de las empresas españolas por el país vecino.
Fuente: Marruecos Negocios y Zoom News .
España y Marruecos estrechan la colaboración antiterrorista


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