El gobierno de Marruecos ha aprobado un aumento del 10% del salario mínimo interprofesional (SMIG), lo que ha escandalizado a muchos empresarios.
Algunos auguran un deterioro de la competitividad de las empresas del país frente a sus competidores de mano de obra barata, como China, Túnez o Egipto sobretodo en sectores como el textil, muy sensible al precio de la mano de obra poco cualificada.
Sin embargo, la mano de obra barata no puede ser el factor de competitividad sostenible de Marruecos a medio y largo plazo. Marruecos atrae una importante cantidad de inversión extranjera en sectores con transferencia de tecnología y know how como la automoción, la aeronáutica o el offshoring, que están basados en la tecnificacion, la cualificacion y salarios mejor pagados.
Es por ello que Marruecos tiene que seguir apostando por mejorar el entorno de negocios y la productividad de sus empresas, en las que el factor salario no es el mas importante, aunque si relevante. El país tiene un gran potencial, y ha apostado por infraestructuras “world class”, lo que le puede permitir convertirse en un hub regional de aterrizaje de empresas que quieran entrar en el continente africano.
El debate sobre el salario mínimo no debería hacer perder el norte o desviar la atención del gran objetivo del país, mejorar la competitividad, para lo que hay que seguir con la agenda modernizadora y reformista del país.
Pau Solanilla. Director
pausolanilla@marruecosnegocios.com
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