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El auge del islamismo político y su impacto en el turismo en Marruecos

La llegada de un partido islamista a la mayoría de las grandes capitales turísticas en Marruecos tras las elecciones municipales  no constituye ningún motivo de preocupación para el vital sector turístico en el país, según cree el ministro de Turismo, Lahcen Hadad.
El Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza igualmente el gobierno central en Rabat, consiguió en las últimas elecciones municipales victorias aplastantes en casi todas las grandes ciudades del país, y entre ellas las más turísticas, como Marrakech, Fez, Tánger y Rabat.
Algunas de las dudas que surgieron desde entonces fue la actitud que los nuevos alcaldes islamistas tendrán con respecto a temas en los que su partido siempre ha mostrado su sensibilidad conservadora, y que tienen que ver con las licencias de alcohol o los horarios de apertura de establecimientos de ocio (restaurantes, discotecas y bares).
“El PJD ha demostrado en varias ocasiones su interés por la industria turística.
Es un partido consciente del aporte del sector en materia de creación de empleo y del reparto de la riqueza”, dice Hadad en declaraciones a Efe.
Hadad, que ocupa la cartera de Turismo como miembro de un partido laico, el Movimiento Popular, asegura que su socio islamista en el gobierno “se inscribe en las orientaciones estratégicas del país y especialmente en lo que respecta a la industria turística, pilar fundamental de la economía nacional”.
Marruecos ha superado en los dos últimos años la barrera de los diez millones de turistas anuales; el sector da empleo directo o indirecto a un 5 % de la mano de obra en el país y contribuye en un 12 % al PIB del país, según las cifras del propio ministerio.
“El desarrollo del turismo en el país es una orientación estratégica (y) el PJD se inscribe dentro de las orientaciones estratégicas del país”, insiste el ministro, y va mas allá: “Estoy convencido de que la instalación de los nuevos responsables locales y regionales serán un vector de cambio positivo”.
Preguntado específicamente por la posible colisión entre los alcaldes islamistas y la animación nocturna, Hadad replicó: “El turismo no se limita solo al consumo del alcohol, y el PJD no ha demostrado ser anti-alcohol ni anti-ocio en las ciudades turísticas”.
El pasado lunes, un “festival de la cerveza” que iba a comenzar mañana jueves en varios bares del país fue prohibido por la Wilaya (gobierno civil) de Casablanca, pero precisamente el wali no tiene relación con el PJD y es nombrado directamente por el rey Mohamed VI.
Un semanario especializado en turismo (Tourisma Post) recogió en su último número estas palabras del presidente del Gobierno, Abdelilah Benkirán, a sus correligionarios islamistas electos en ciudades y regiones.
“No se os ha elegido para cambiar la forma en que las gentes viven, comen, se visten o se divierten, ni tenéis por qué meteros en sus prácticas religiosas”, les dijo.
Para el semanario, son palabras “de buen augurio”.
Los nuevos alcaldes islamistas de Marrakech, Agadir y Casablanca ya se han reunido con el ministro Hadad recientemente, en el marco de un Foro Mundial de ciudades turísticas. Según el ministro, las preocupaciones de los alcaldes y del sector tienen mucho más que ver con cuestiones prácticas como la higiene y la limpieza urbana, la señalización en varias lenguas de los lugares de importancia y la renovación de monumentos históricos.
El PJD, una vez más, ha demostrado tener un gran sentido de adaptación en política.
No ha tomado ninguna medida que pueda ahuyentar al turismo, sector que (contrariamente al resto del mundo árabe) vive momentos dorados.
Fuente: EFE   .

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